Los British Fascists fueron la primera organización política de Reino Unido en definirse como «fascista» fundada el 6 de mayo de 1923 por la paramédica de guerra Rotha Lintorn-Orman a los siete meses de realizarse la llamada Marcha sobre Roma que dio paso al fascismo en Italia. Compuesto en gran parte por aristócratas descontentos, activistas sufragistas, políticos menores y ex oficiales del ejército, la organización actuaba como un grupo de presión de clase media ante la supuesta amenaza del socialismo dotado de un estilo paramilitar.
A pesar de su devoción por el ideal fascista, el grupo surgió en un momento en que esas ideas aún estaban poco claras a nivel internacional, teniendo una base ideológica pobremente definida. Como consecuencia de ello, los British Fascists resultaban en una organización de naturaleza conservadora, patriótica y anticomunista en oposición a una explícitamente fascista sin poseer las causas de origen y las finalidades de la misma doctrina fascista. Lintorn-Orman, quien había pertenecido a la primera generación de chicas scout del país, era no sólo una devota sufragista sino también una orgullosa lesbiana. A su movimiento se sumaron no sólo fervientes patriotas y veteranos de guerra, sino también travestís y lesbianas.
Entre estas, destacaban las figuras de la sufragista fascista Mary Richardson y la activista feminista Mary Sophia Allen, esta última amante de Rotha quien años más tarde se encontraría con figuras del fascismo europeo como Eoin O'Duffy, Franco, Mussolini, Hitler y Göring. Los British Fascists contaban con unidades paramilitares sólo para mujeres, y para fomentar la participación de las madres, se estableció el Club Infantil Fascista a modo de guardaría. Más pronto que tarde, la primera organización fascista de Reino Unido pasaría a convertirse en una suerte de organización paramilitar patriótico-feminista en cuyo seno se festejaban toda clase de excesos, entre ellos orgías y borracheras. Arnold Spencer Leese, miembro temprano de los British Fascists y más tarde líder fundador de la Liga Imperial Fascista, definió a Rotha como «caótica, vacilante y divisiva» y atacó a la directiva del partido por suscribir una plataforma que nada tenía que ver con el fascismo.
A pesar de su iniciativa anticomunista, su participación en eventos de derecha y su atractivo estético, el grupo sufriría de numerosas escisiones y en su conjunto jamás lograría generar mayor impacto. Para 1931, los British Fascists se vieron eclipsados por la emergente Unión Británica de Fascistas de Oswald Mosley, personaje al que Rotha tildó de comunista, y una cantidad considerable de sus miembros varones como lo fueron Neil Francis Hawkins y H. W. Johnson se les unirían. Como resultado, las relaciones entre los British Fascists y la Unión Británica de Fascistas fueron frías, y aunque Mosley se refirió a los BF como un «tres ancianas y un par de muchachos de oficina», un escuadrón de combate mosleyita destruyó las oficinas de los BF en Londres.
Dividido por el fraccionalismo, el grupo se disolvió en 1934, y Lintorn-Orman, dependiente del alcohol y las drogas, murió al año siguiente en 1935 en medio de una serie de rumores acerca de sus muchos placeres hedonistas.